Bien, heme aquí, escribiéndoles una vez más en menos de una semana. Despúes de tomarme un tiempo del blog supongo que me sentí un poco culpable por dejar a mis pobrecitos lectores a la deriva.... o tal vez ahora que el clima se presta mi dieta incluye más mariscos y por lo tanto mi inspiración alcanza niveles inimaginables... cualquiera que sea la razón, estoy escribiendo de nuevo.
La entrada pasada fue algo loca, para serles sincero no fue algo que improvisé para escribirlo y ya, sino que es algo que alguna vez pensé durante mis noches de insomnio y jamás lo olvidé, ahora que está escrito aqui el pensamiento ha sido inmortalizado. La cosa es que siempre he evitado a toda costa convertir el blog en un diario personal, pero supongo que compartiendo pensamientos y análisis tan abstractos (o sea, ridículos) no tengo ningún problema.
Ya no sé qué poner, así que terminaré con broche de oro. BROCHE DE ORO.
La entrada pasada fue algo loca, para serles sincero no fue algo que improvisé para escribirlo y ya, sino que es algo que alguna vez pensé durante mis noches de insomnio y jamás lo olvidé, ahora que está escrito aqui el pensamiento ha sido inmortalizado. La cosa es que siempre he evitado a toda costa convertir el blog en un diario personal, pero supongo que compartiendo pensamientos y análisis tan abstractos (o sea, ridículos) no tengo ningún problema.
Ya no sé qué poner, así que terminaré con broche de oro. BROCHE DE ORO.

Perfección
Dibujo lindo, inspira ternura. Supongo que están esperando alguna suerte de explicación, ¿no?, ¿demasiado flojos para hacer el análisis ustedes mismos?
Comenzaré con contarles que está inspirado en un sueño que tuve hace algún tiempo. No recuerdo muchos de los detalles, pero voy a tratar de hacerlo... porque los quiero.
Se supone que yo estaba en una especie de súper mercado (imagínense algo del estilo de Walmart), alguien pasaría por mí para que me fuera después de hacer las compras así que me quedé esperándolo en la entrada. No era una entrada convencional como la de un súper, sino que era un paredón de la altura que suelen tener las casonas viejas coloniales, con un portón enorme y unas grandes ventanas con barrotes que dejaban que se asomara la luz del exterior... sí, como la entrada de una casa colonial, creo que hasta con pinturas y todo.
En fin, de pronto alguien me recordó que había olvidado algo, así que tuve que volver al súper... pero ya no era igual que antes. Las luces se habían apagado, apenas se podían distinguir las oscuras siluetas de los estantes y los productos promocionados. Lo que debía ser un conjunto de pasillos simétricos y organizados de pronto se convirtió en un laberinto oscuro y frio.
De pronto noté que algo se movía en la oscuridad, pero no eran personas. Eran... cosas, productos desfigurados del súper. Un oso de juguete desfigurado desfigurado, un ser construído de herramientas de jardinería, un maniquí con alas sucias, etc.
Las -cosas- se me acercaban lenta y torpemente, como si a penas estuvieran aprendiendo a moverse. El maniquí no volaba majestuosamente por los techos como uno esperaría, sino que volaba a la altura de un cuerpo normal.. una de sus alas no funcionaba bien y no le quedaba más que retorcerse un poco para lograr el movimiento.
Sabía que querían acorralarme, pero no desesperé. Aproveché su ineptitud motora para correr y escabullirme entre ellos.
En la puerta lo que me estaba esperando era una especie de cerbero. No sé si era un perro, pero era una bestia tricéfala que parecía mucho más astuta y hambrienta que las anteriores.
No recuerdo mucho más del sueño, pero supongo que al final nos casamos todos y vivimos felices para siempre, comiendo pasteles hechos de sonrisas y arcoiris.
A propósito de esto de los sueños... un amigo acaba de abrir un blog en donde pretende interpretar sueños ajenos, supongo que no son tan valientes como para enviarle uno, pero de todos modos pueden pasar y leer su propuesta dando click aqui o aqui, la opción que más les parezca. No sé por qué le apasionan tanto los estudios oníricos, pero es un pasatiempo interesanet y una distracción que vale la pena probar.. yo soy más del tipo de persona que gusta de provocarse sueños lúcidos.
Triste que la inmesa mayoría de los autores de los sitios que tengo en el Blogroll han abandonado la blogueada para favorecer al Facebookeo o el Twitteo... el camino fácil.
Comenzaré con contarles que está inspirado en un sueño que tuve hace algún tiempo. No recuerdo muchos de los detalles, pero voy a tratar de hacerlo... porque los quiero.
Se supone que yo estaba en una especie de súper mercado (imagínense algo del estilo de Walmart), alguien pasaría por mí para que me fuera después de hacer las compras así que me quedé esperándolo en la entrada. No era una entrada convencional como la de un súper, sino que era un paredón de la altura que suelen tener las casonas viejas coloniales, con un portón enorme y unas grandes ventanas con barrotes que dejaban que se asomara la luz del exterior... sí, como la entrada de una casa colonial, creo que hasta con pinturas y todo.
En fin, de pronto alguien me recordó que había olvidado algo, así que tuve que volver al súper... pero ya no era igual que antes. Las luces se habían apagado, apenas se podían distinguir las oscuras siluetas de los estantes y los productos promocionados. Lo que debía ser un conjunto de pasillos simétricos y organizados de pronto se convirtió en un laberinto oscuro y frio.
De pronto noté que algo se movía en la oscuridad, pero no eran personas. Eran... cosas, productos desfigurados del súper. Un oso de juguete desfigurado desfigurado, un ser construído de herramientas de jardinería, un maniquí con alas sucias, etc.
Las -cosas- se me acercaban lenta y torpemente, como si a penas estuvieran aprendiendo a moverse. El maniquí no volaba majestuosamente por los techos como uno esperaría, sino que volaba a la altura de un cuerpo normal.. una de sus alas no funcionaba bien y no le quedaba más que retorcerse un poco para lograr el movimiento.
Sabía que querían acorralarme, pero no desesperé. Aproveché su ineptitud motora para correr y escabullirme entre ellos.
En la puerta lo que me estaba esperando era una especie de cerbero. No sé si era un perro, pero era una bestia tricéfala que parecía mucho más astuta y hambrienta que las anteriores.
No recuerdo mucho más del sueño, pero supongo que al final nos casamos todos y vivimos felices para siempre, comiendo pasteles hechos de sonrisas y arcoiris.
A propósito de esto de los sueños... un amigo acaba de abrir un blog en donde pretende interpretar sueños ajenos, supongo que no son tan valientes como para enviarle uno, pero de todos modos pueden pasar y leer su propuesta dando click aqui o aqui, la opción que más les parezca. No sé por qué le apasionan tanto los estudios oníricos, pero es un pasatiempo interesanet y una distracción que vale la pena probar.. yo soy más del tipo de persona que gusta de provocarse sueños lúcidos.
Triste que la inmesa mayoría de los autores de los sitios que tengo en el Blogroll han abandonado la blogueada para favorecer al Facebookeo o el Twitteo... el camino fácil.